EL GALLO MÁS CARO DE ESPAÑA
Si la cultura de leyendas y la literatura nos trajo la gallina de los huevos de oro, el festival de la canción de eurovisión 2017 nos ha traído el gallo de los pelos de oro.
Las ya pocas opciones de la candidatura española de escapar de los últimos puestos se fueron yendo al traste poco a poco durante las dos semanas que ha durado el festival en Kiev. Primero, una puesta en escena bonita, pero desilusionante, a pesar de haber invertido bastante presupuesto en contratar a un escenógrafo como Hans Pannecukke, toda una eminencia en los últimos años de eurovisión. Un Manel Navarro que no acertaba a interactuar con las cámaras. Un plano cenital intentando lograr un efecto surf fallido completamente… Podríamos seguir, pero no queremos hacer más leña del árbol caído. La guinda del pastel ya la conocemos todos, en el momento álgido de la canción, por la garganta del cantante catalán salió un gallinero de notas desubicadas como pocos se recuerdan en el escenario de eurovisión.
¿Resultado final? Puesto 26, 5 puntos (íntegramente recibidos por el televoto en Portugal, gracias por apoyarnos incluso con semejante actuación). Quienes hayáis prestado atención a las reacciones que se han ido produciendo, RTVE ha echado balones fuera descaradamente culpando del bochornoso resultado exclusivamente al gallo de Manel. Sin embargo, en la actuación que se produjo el gallo, obtuvimos 5 puntos. Ese gallo no justifica el cero recibido por los jurados durante la noche del viernes en el ensayo general. Por tanto, si bien hubo gallo, no se debe culpar en exclusiva a este hecho y se debería hacer bastante autocrítica en vez de lanzar piedras sobre el toldo de Manel.
Pequeña reflexión para RTVE ¿Tan difícil es tomárselo en serio y aprender de los cambios exitosos que se han llevado a cabo en países como Bélgica, Países Bajos, Francia o la propia Portugal? Sin duda de este tema hablaremos largo y tendido en el futuro.